jueves, 12 de diciembre de 2013

MADIBA Y ESA RUBIA ATRACTIVA


Mandela debe estar partiéndose de risa desde allá arriba. Entre el intérprete de sordomudos que ve ángeles (quizás al propio Madiba) y que no tiene ni idea del lenguaje de signos  pero ni pestañeó durante las más de cuatro horas que duró la ceremonia y la escenita de la foto entre presidentes, su funeral no tiene desperdicio. Coincido con quien dice que de estar viendo la ceremonia y de presenciar esta última escena, sonreiría convencido de que esa instantánea entre un presidente negro, una presidenta mujer y un primer ministro blanco representa todo aquello por lo que tanto luchó. Hasta le pediría a David, Obama o Helle una copia de la foto para retwittearla. Eso seguro.
Helle Thorning Schmidt, esa “mujer rubia desconocida” de la que hablan los medios estadounidenses, a la sazón primera ministra de Dinamarca, tiene razón cuando dice que gestos como estos lo que hacen es humanizar la imagen que de los políticos y jefes de gobierno tenemos los ciudadanos de a pie. Son personas de carnes y hueso, como tú y como yo,… como niños en algunos casos, en casos como este. Su gesto además, si me lo permiten, la convierte a sus 46 años en una mujer de su tiempo, en la “primera” primera ministra enganchada a las nuevas tecnología. Quizás tenga mucho que ver que venga de un país pequeño (5 millones de habitantes), de un país donde la banda ancha va de maravilla, donde la Wifi es gratuita incluso en el metro y donde hasta los niños de guardería envían fotos y WhatsApps.

Otro cantar es lo que opina una servidora y quizás desde cielo también Nelson Mandela, sobre si en vez de Helle, “esa atractiva rubia elegante y con clase”, el del medio de la foto fuera Li Keglang, Durao Barroso o Lula da Silva.  ¿Sería también Trending Topic en Twitter? Tengo mis dudas. Con ellas les dejo. Me esperan varios artículos que me explican como “esa atractiva rubia elegante y con clase” tiene que lidiar con la crisis política que a la misma hora en la que fue sacada la fotografía en el Soccer City Stadium de Johanesburgo, se desató en su Palacio de Gobierno (Christians Borg) al verse obligado a dimitir su ministro de justicia.  Pero este asunto seguro que les interesa menos.