En este afán mío por entender lo que me rodea, cada vez que me siento superada por la macroeconomía recurro a la micro. Ya saben pienso eso de qué haría en casa, con lo mío y aplico la respuesta a lo que haría si estuviera en el poder.
Hoy, que me pierdo entre analista y analista económico, no me queda otra que recurrir a esta vieja y, si quieren, estrategia de “andar por casa”. Me pregunto yo…¿ qué harías Conchi ( o Concha, eso es a gusto del consumidor) si de un día para otro se redujeran tus ingresos? ¿Qué harías si, por ejemplo, perdieses el trabajo y en vez de entrar dos sueldos en casa, entrase uno. ¿Qué harías?
Bueno pues lo tengo claro. Atacaría eminentemente en dos frentes: gastos e ingresos. Primero, eliminaría excesos y gastos superfluos (dejaría de salir, de comer fuera, no me compraría ropa, prescindiría de vacaciones……) y racionalizaría el gasto en alimentación, educación y sanidad. Por supuesto, no dejaría nunca de comprar comida -fundamental para la buena salud, el buen ánimo, para mantenerme en forma (aunque sí eliminaría comida basura, refrescos, tabaco…)-, seguiría dedicando lo mismo a la educación de mis hijos (me plantearía incluso mejorar la mi formación) y controlaría cuanto y en que medicamentos gasto mi dinero. Dicho de otra forma racionalizaría
Segundo, dedicaría todos mis esfuerzos a buscar más recursos, a que entre en casa más dinero …aunque eso implicara algo de gasto (mantener la conexión ADSL en casa y el gasto en papel para mandar mi CURRICULUM, invertir ahorros en cursos de formación, etc….)
Bueno pues a nivel político, a nivel gubernamental, aplicaría las mismas dos recetas:
Primero. Recortaría gastos superfluos. Reduciría la administración, compraría medicamentos genéricos, incentivaría la productividad de los funcionarios, simplificaría los procesos de presentación de papeles, certificados….eliminaría los viajes del INSERSO ….La lista es tan larga…Racionalizar el gasto no quiere decir, no obstante, hacer desaparecer las políticas sociales (principal herencia de las lecciones aprendidas tras I y II Guerra Mundial).
Segundo. Buscaría nuevos recursos……Subiría impuestos a los que más tienen, aplicaría una tasa de transacción financiera, impondría impuestos a los activos de los bancos, lucharía con todos los medios contra el fraude fiscal y lo haría….conjuntamente con Comunidades Autónomas, y con mis socios europeos porque la UNIDAD ES LA CLAVE EN ÉPOCA DE CRISIS.
Por todo eso no entiendo esa obsesión por recortar el déficit público y por hacerlo a “matacaballo”, en tan poco tiempo. Es una obsesión de Alemania que nos va a traer malas consecuencias. Si cierro el grifo, si no permito a los ayuntamientos y gobiernos regionales disponer de activo, de dinero en sus bolsillos ¿cómo van a incentivar el crecimiento económico? Exijámosles que no despilfarren, que justifiquen milimétricamente sus cuentas pero no las ahoguemos porque podemos morir de inanición.
Llevamos 4 años de crisis y las medidas tomadas para resolverla en Grecia, Portugal, Irlanda, Grecia, Bélgica, España, Francia…..no han dado su fruto…al contrario. Francia anunció ayer a una nueva desaceleración económica para este año y el que viene, Alemania ya lo anunció la semana pasada.
Nuestros políticos no están a la altura, ni los del PSOE, ni los del PP, ni la CDU ni el SPD, ni los liberales europeos, ni los socialdemócratas. Sus respuestas no funcionan. Seguimos postrados ante la voluntad de quienes nos han traído hasta aqui: bancos de inversión, agencias de calificación….Ellos llevan desde 2008 haciendo su agosto particular y mientras multiplican sus beneficios, nosotros nos ahogamos en un mar de deudas y nos distraemos en discusiones estériles sobre si modificar o no la Constitución para incluir un techo de gasto. Menos mal que siempre nos queda la tele y podemos embriagarnos bebiendo horas y horas de la boda de la Duquesa de Alba (qué Dios la guarde muchos años en su gloria).
Qué tal si nos lo empezamos a tomar en serio.