Mandela debe estar
partiéndose de risa desde allá arriba. Entre el intérprete de sordomudos que ve
ángeles (quizás al propio Madiba) y que no tiene ni idea del lenguaje de
signos pero ni pestañeó durante las más
de cuatro horas que duró la ceremonia y la escenita de la foto entre
presidentes, su funeral no tiene desperdicio. Coincido con quien dice que de
estar viendo la ceremonia y de presenciar esta última escena, sonreiría
convencido de que esa instantánea entre un presidente negro, una presidenta
mujer y un primer ministro blanco representa todo aquello por lo que tanto
luchó. Hasta le pediría a David, Obama o Helle una copia de la foto para retwittearla.
Eso seguro.
Helle Thorning
Schmidt, esa “mujer rubia desconocida” de la que hablan los medios
estadounidenses, a la sazón primera ministra de Dinamarca, tiene razón cuando
dice que gestos como estos lo que hacen es humanizar la imagen que de los
políticos y jefes de gobierno tenemos los ciudadanos de a pie. Son personas de
carnes y hueso, como tú y como yo,… como niños en algunos casos, en casos como
este. Su gesto además, si me lo permiten, la convierte a sus 46 años en una mujer
de su tiempo, en la “primera” primera ministra enganchada a las nuevas
tecnología. Quizás tenga mucho que ver que venga de un país pequeño (5 millones
de habitantes), de un país donde la banda ancha va de maravilla, donde la Wifi
es gratuita incluso en el metro y donde hasta los niños de guardería envían fotos
y WhatsApps.
Otro cantar es lo
que opina una servidora y quizás desde cielo también Nelson Mandela, sobre si
en vez de Helle, “esa atractiva rubia elegante y con clase”, el del medio de la
foto fuera Li Keglang, Durao Barroso o Lula da Silva. ¿Sería también Trending Topic en Twitter?
Tengo mis dudas. Con ellas les dejo. Me esperan varios artículos que me
explican como “esa atractiva rubia elegante y con clase” tiene que lidiar con
la crisis política que a la misma hora en la que fue sacada la fotografía en el
Soccer City Stadium de Johanesburgo, se desató en su Palacio de Gobierno
(Christians Borg) al verse obligado a dimitir su ministro de justicia. Pero este asunto seguro que les interesa
menos.

